Miel, Polen, Jalea Real, Propolis
La miel
De color, textura y sabor increíbles, la miel tiene muchos pros y pocos contras. Al tener un ph ácido la hace perfecta para que no tenga fecha de caducidad, y es que es no gusta nada para que bacterias y microorganismos puedan vivir.
Nos aporta una energía rápida y sencilla (frucotsa + glucosa mayoritariamente) y sobretodo potasio, fósforo, ácido fólico, vitaminas del grupo B, C y A.
Lo mejor es consumir la miel cruda o ecológica, de esta manera mantendremos perfectamente sus nutrientes originales. La miel “industrial” es sometida a un proceso de pasteurización de más de 78º en la que destruyen parte de sus enzimas y aminoácidos.
Por otro lado, la miel tiene una alta cantidad de calorías y azúcares, por lo que hay que vigilar no consumirla cada día. Las personas que tienen un sistema digestivo sensible o delicado deben también vigilar su consumo porque puede producir irritación.
El polen
El polen es aquél polvo que recogen las abejas con sus patas y que utilizan para alimentar la colmena junto al néctar. También es un gran energizante como la miel, pero en este caso no nos produce un subidón de energía al no tener tanta cantidad de fructosa, un azúcar rápido que pasa rápidamente a la sangre.
Se utiliza para personas que se notan débiles, cansadas o que han pasado por algún proceso de enfermedad: es un gran revitalizante, que además contiene todos los aminoácidos esenciales, por lo que es una buena fuente de proteína para vegetarianos y veganos.
Contiene una alta cantidad de betacarotenos y vitamina C, así como potasio y calcio, entre otros.
La jalea real
La jalea real es particularmente rica en vitaminas del grupo B, siendo una gran ayuda para personas con el sistema nervioso delicado: depresión, ansiedad, época de estudios…
Además es un gran apoyo de toda la vida para que los niños crezcan mejor, es un multivitamínico natural.
El própolis
Las abejas recolectan esta resina de las cortezas de los árboles para así endurecer las paredes interiores de la colmena y protegerla de hongos y bacterias.
La miel y el própolis tienen indiscutibles beneficios para el dolor de garganta y la tos. La primera produce más bien una función balsámica, y el segundo es más antibacteriano, vigilando que no vaya a más. En las vías respiratorias es un antibiótico natural y antigripal gracias a su acción antiinflamatoria y anestésica.
Mientras que la miel y el polen es mejor tomarlos por la mañana, el própolis podemos tomarlo en cualquier hora del día, y varias veces si es necesario.