Vitamina A y D
Las vitaminas A y D son liposolubles y esenciales para nuestra salud, y con frecuencia se encuentran juntas de forma natural. Una de las mejores fuentes naturales de ambas vitaminas es el aceite de hígado de bacalao. También de pueden encontrar en la leche, los huevos, el queso y la mantequilla.
La vitamina A tiene muchas funciones. En primer lugar, está relacionada con el mantenimiento de una visión normal con luz tenue, o para prevenir la ceguera nocturna (cuando su presencia en el organismo resulta insuficiente, una de las consecuencias es que se pierde agudeza visual). También ayuda al crecimiento y formación de células en el cuerpo, haciéndola esencial para el crecimiento corporal. Se necesita especialmente para el crecimiento de los huesos. Si no se toma la cantidad suficiente, los huesos dejaran de crecer antes de que los tejidos blandos estén maduros.
También es necesaria para el desarrollo normal de los dientes y para la salud de las membranas que recubren el estómago, la pared intestinal, la vejiga y los conductos urinarios, y para la salud de las glándulas sexuales y del útero.
La vitamina D es necesaria para la absorción y utilización del calcio y del fósforo. Es necesaria para el crecimiento, el desarrollo y el mantenimiento de los huesos y los dientes de niños y adultos. Es única en el sentido de que los humanos y los animales la obtienen normalmente de dos fuentes: formación espontánea de la piel por la exposición al sol, mediante una reacción fotoquímica en la epidermis , y tomando alimentos que contengan vitamina D.